Me sorprendería gratamente si con la simple lectura del
título, algún lector supiera exactamente a que me refiero y de que
me dispongo a hablar. Es un tema interesante, y podría extenderme y
abordarlo desde diferentes puntos de vista, pero finalmente prefiero
cobijarme bajo el antiguo ideal renacentista de limpieza en la
oratoria, e ir directo al grano.
El tema es muy sencillo. ¿No os suenan esos ideales que
hablan sobre el valor del esfuerzo, el trabajo, y, básicamente, la
capacidad de obtener lo que queramos, simplemente luchando por ello?
A diario me veo bombardeado por propaganda de este tipo,
y no sólo eso, además conozco numerosa gente inteligente que se
rige por esta filosofía. Por si a alguien no le ha quedado claro
aún, quizá lo entiendan al leer frases de este tipo: ''Persigue tus
sueños, no importa si los demás piensan que son inalcanzables. Lo
lograrás'', ''Puedes conseguir lo que te propongas, tan solo tienes
que esforzarte'', y otras citas que he encontrado, simplemente,
leyendo twitter durante unos minutos. Básicamente me refiero al
tópico de ''el que la sigue la consigue''.
Y lo que pretendo con este texto, amigos y amigas, es
desmentir esto. Siento aparentar ser pesimista, pero es una creencia
demasiado extendida para que nadie parezca darse cuenta de que es
mentira. Hay cosas que no se pueden conseguir por mucho esfuerzo que
le dediques. Muchos enamorados adolescentes, por ejemplo, se escudan
en estas filosofías, y de verdad se engañan a si mismos, pensando
que pueden conseguir ciertos amores imposibles. Y con este ejemplo,
os expongo mi punto de vista. Dependemos de otras personas. Es decir,
no puedes conseguir todos tus objetivos porque no todos dependen de
ti. En el anterior caso del amor, por ejemplo, siempre depende de la
otra persona. Pero al fin y al cabo este es un ejemplo muy típico:
ya la mayoría de la gente entiende que no siempre puedes conseguir
el amor. Pero abordemos el tema por otra punto de vista.
El capitalismo, ese tema tan trillado actualmente, no es
muy diferente al ejemplo del amor platónico, pero quizá si algo más
complejo. ¿No es cierto que se nos hace creer que podemos llegar a
dónde queramos? Y además mucha gente se cree esto. Y así estamos
todos engañados pensando que llegaremos a ser alguien. Y ahora me
dirán: ¡Pero algunos se esfuerzan y lo logran! Que más puedo
decir, sino empezar a hablar de suerte. Algunos definen suerte como
una fuerza sobrenatural, que incluso se puede llegar a controlar.
Pero la suerte, realmente, es el nombre que le damos a ese enorme
conjunto de variables que no podemos controlar, y que nos afectan
diariamente en nuestra vida, desde el hecho de que te atropellen por
la calle, hasta el hecho de que se te ocurra una idea que revolucione
el sector automovilístico y te haga millonario.
Tampoco es mi intención animar a nadie a que deje de
esforzarse y se olvide de sus sueños y deseos. Simplemente busco
ilustrar a algunos, y acabar con los problemas que generan las
falsas esperanzas, como frustración y, finalmente, desánimo. No te
ofusques demasiado con sueños imposibles, a veces, de hecho, se
termina siendo más feliz con lo que se tiene que con lo que una vez
se deseó.
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