Bitácora

3 de junio de 2014

La filosofía en alza del ''Yo Puedo''

Me sorprendería gratamente si con la simple lectura del título, algún lector supiera exactamente a que me refiero y de que me dispongo a hablar. Es un tema interesante, y podría extenderme y abordarlo desde diferentes puntos de vista, pero finalmente prefiero cobijarme bajo el antiguo ideal renacentista de limpieza en la oratoria, e ir directo al grano.

El tema es muy sencillo. ¿No os suenan esos ideales que hablan sobre el valor del esfuerzo, el trabajo, y, básicamente, la capacidad de obtener lo que queramos, simplemente luchando por ello?
A diario me veo bombardeado por propaganda de este tipo, y no sólo eso, además conozco numerosa gente inteligente que se rige por esta filosofía. Por si a alguien no le ha quedado claro aún, quizá lo entiendan al leer frases de este tipo: ''Persigue tus sueños, no importa si los demás piensan que son inalcanzables. Lo lograrás'', ''Puedes conseguir lo que te propongas, tan solo tienes que esforzarte'', y otras citas que he encontrado, simplemente, leyendo twitter durante unos minutos. Básicamente me refiero al tópico de ''el que la sigue la consigue''.

Y lo que pretendo con este texto, amigos y amigas, es desmentir esto. Siento aparentar ser pesimista, pero es una creencia demasiado extendida para que nadie parezca darse cuenta de que es mentira. Hay cosas que no se pueden conseguir por mucho esfuerzo que le dediques. Muchos enamorados adolescentes, por ejemplo, se escudan en estas filosofías, y de verdad se engañan a si mismos, pensando que pueden conseguir ciertos amores imposibles. Y con este ejemplo, os expongo mi punto de vista. Dependemos de otras personas. Es decir, no puedes conseguir todos tus objetivos porque no todos dependen de ti. En el anterior caso del amor, por ejemplo, siempre depende de la otra persona. Pero al fin y al cabo este es un ejemplo muy típico: ya la mayoría de la gente entiende que no siempre puedes conseguir el amor. Pero abordemos el tema por otra punto de vista.

El capitalismo, ese tema tan trillado actualmente, no es muy diferente al ejemplo del amor platónico, pero quizá si algo más complejo. ¿No es cierto que se nos hace creer que podemos llegar a dónde queramos? Y además mucha gente se cree esto. Y así estamos todos engañados pensando que llegaremos a ser alguien. Y ahora me dirán: ¡Pero algunos se esfuerzan y lo logran! Que más puedo decir, sino empezar a hablar de suerte. Algunos definen suerte como una fuerza sobrenatural, que incluso se puede llegar a controlar. Pero la suerte, realmente, es el nombre que le damos a ese enorme conjunto de variables que no podemos controlar, y que nos afectan diariamente en nuestra vida, desde el hecho de que te atropellen por la calle, hasta el hecho de que se te ocurra una idea que revolucione el sector automovilístico y te haga millonario.

Tampoco es mi intención animar a nadie a que deje de esforzarse y se olvide de sus sueños y deseos. Simplemente busco ilustrar a algunos, y acabar con los problemas que generan las falsas esperanzas, como frustración y, finalmente, desánimo. No te ofusques demasiado con sueños imposibles, a veces, de hecho, se termina siendo más feliz con lo que se tiene que con lo que una vez se deseó.

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