Bitácora

2 de enero de 2020

Cómo






«Te diré algo que no sabes
por ejemplo:
que el día que moriste nadie vino a verme,
que eres causa y afecto,
que me hace feliz
ser feliz
sin ti.»

- Elvira Sastre


Ayer me sorprendí a mí mismo
siguiendo tus migajas
como si acaso las dejaras
para formar un puzzle
que solo cobrará sentido
el día que juntemos tus piezas
y las mías.

Un día que mi alma necesita
pero que mi mente sabe
que no va a existir nunca.

He empezado a aceptar
que no has aparecido
para salvarme de nada.
Que la chica que imagino en mi mente
no eres tú
ni sangra como tú
aunque tenga tu cara.

Ayer me sorprendí a mí mismo
siguiendo tus migajas.
Hoy me he dado cuenta
de que no hay puzzle que formar
y de que las piezas que recojo
son en realidad pedazos de cristal
que se me clavan en la piel
y supuran mis cicatrices.

Ayer me sorprendí a mí mismo
pensando que eras tú
a quién tenía que buscar.
Hoy me he dado cuenta
de que no es el quién
nunca fue el quién,
ni el a quién,
ni a quién buscar
ni a quién esperar
ni a quién seguir.

Tampoco es el qué.
No es el qué quiero hacer con mi vida
qué me llena
qué me atrae
qué quiero
y qué no
qué ciudad
o qué especialidad.

Hoy me he dado cuenta
de que no es el qué, Mario,
ni tampoco a quién.
Es el cómo.

No puedo controlar adonde me lleva
la inmutable flecha del tiempo
pero puedo levantarme
para imponerle
cómo quiero llegar al destino.

Por eso hoy me he levantado
y he decidido
que no voy a seguirte más.
Que ya no te persigo
que estaré encantado de cruzarme contigo
pero que no esperes verme correr detrás tuya.

Porque perseguirte
perseguir objetivos
metas
o personas
no me está haciendo más "feliz"
sea lo que sea eso.

Porque odio cómo la sociedad te impone
una felicidad cara
que se consigue "trabajando"
admirando a unos
despreciando a otros
subiendo fotos a instagram
engordando una cuenta bancaria.
Arrastrándote como un gusano
tras una flor de primavera
que muere cuando llega el otoño
de una vida plena en decepciones.

No creo que la felicidad consista en una lista
de objetivos a cumplir
de metas que conquistar
ni de personas a las que encontrar.
Más bien la concibo como una vivienda
tranquila
una silla cómoda
pegada a la chimenea
una taza de té al regazo
un buen libro de cabecera.

Mientras, la sociedad sigue insistiendo
en el qué, o en el quién
olvidando el cómo
dejando tantas cosas atrás
y nosotros aquí
como tontos
admirando a personas equivocadas
pensando que aún no tenemos las herramientas
para sentirnos realizados
"felices"
engañados por un mundo
y por un sistema
que nunca quiso vernos alcanzar nuestras metas.





No hay comentarios:

Publicar un comentario