«And you run, and you run to catch up with the sun, but it's sinking
Racing around to come up behind you again.
The sun is the same in a relative way, but you are older
Shorter of breath, and one day closer to death.»
-Time, Pink Floyd
Racing around to come up behind you again.
The sun is the same in a relative way, but you are older
Shorter of breath, and one day closer to death.»
-Time, Pink Floyd
Una vez cerré una puerta
y empecé a notar las columnas
resquebrajándose
el suelo temblar
y mi casa derrumbarse entera sobre mí.
Cavar agujeros y esconderse
nunca ha sido sinónimo de ser
invisible.
Pero no tenía casi nada mejor que hacer,
sobre todo estando ya enterrado bajo
escombros.
Hubo momentos en los que habría
agradecido una mano amiga.
Viéndolo en perspectiva, sé que fue
mucho pedir.
Quién en su sano juicio
habría querido hundirse conmigo.
Sé que luego me fuí y no me despedí de vosotros,
pero es que estaba ocupado encargándome
de no perderme del todo a mí
mismo.
Ahora soy mucho más cuidadoso.
Coloco los cimientos
igual de débiles que siempre
pero ya no me pongo debajo del techo
y salgo corriendo rápido
ante el más mínimo amago de tambaleo.
Ya no le tengo miedo a casi nada
porque he conseguido limpiar todo el
polvo de mi casa
y ahora me miro a mi mismo desde un
balcón
y sonrío.
Pero he perdido mucho tiempo en
el proceso.
He desterrado todos mis miedos
y sin embargo vivo aterrado
por un reloj que sigue marcando el
ritmo
por unas manecillas que no se dejan
frenar.
Aterrado por ese dígito que aumenta
cada vez que pasamos de año.
Aterrado por todos esos días que se van sin avisar.
Aterrado porque todos llevamos encima una cuenta atrás
pero ninguno sabemos cuánto nos queda.
Aterrado porque todos llevamos encima una cuenta atrás
pero ninguno sabemos cuánto nos queda.
Aterrado porque ayer era un niño que
soñaba
y hoy soy un adulto que tiene que
cumplir lo soñado.
Estoy atrapado en una dimensión
que no puedo controlar.
Una dimensión que la física me dice
que es casi equivalente a las otras
tres.
Pero que en la práctica solo tiene una
dirección
que apunta siempre hacia delante.
Hacia delante y en expansión acelerada.
Ahora ya no necesito esconderme de vosotros,
así que podría empezar a correr tras
el sol
sabiendo que no le voy a adelantar
que no voy a poder arrancarle
ni uno de los segundos que me debe.
Porque noto que cada momento que pierdo
tiene un precio.
Un precio que a
veces no estoy dispuesto a pagar
aunque nadie me
lo haya preguntado.
No he venido aquí
para quedarme solo en un punto y a
parte.
Pero siento que me estoy haciendo viejo
y llegará un momento
en el que tanta palabrería
sonará solo a delirios de grandeza.
Creo que no he nacido para ser
un ser finito y con un final.
Porque me da verdadero pánico el
pensar
que es inevitable que algún día
una de estas frases
será la última.
Y siento que tengo mucho por escribir
todavía.
Me mata haber llegado tan lejos
haber enterrado a mis fantasmas
haberme arrancado las sanguijuelas que
me chupaban la vida
sentirme capaz de subir al cielo para bajarte una estrella
y no tener tiempo.
Tanta preocupación
por construir un techo
fuerte,
sólido,
y resulta que el
que nos sostiene a todos
es
de papel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario