Y también hubo noches en las que un
antiguo aprendiz le confesaba tristes miedos a su maestro. Miedos que
nunca se reconocen, que se intentan ocultar, que incluso se toman a
risa. Pero que son los más reales:
-Pues no es un miedo, maestro, si no
más bien una sensación. Es esa sensación de que te vas destruyendo
poco a poco, como una vasija antigua y valiosa, consciente de que una
vez brilló, pero que ahora ve como todos sus pedazos están
desperdigados y no volverán a encontrarse. Es triste comprobar lo
mucho que dependemos de otros. Que muchas veces nuestro triunfo o
nuestro fracaso no depende de nosotros, si no que, sin darnos cuenta,
nos lo jugamos todo a una mano. Y que a veces pierdes y ya no puedes
volver a jugar. Pero todo ese odio permanece dentro de ti, nostálgico
de la gloria pasada, deseoso de tener la oportunidad de luchar, de
volver a brillar.
Pero tú solo andas como muerto por los
pasillos del mundo, rodeado de gente que parece no verte, y de gente
que te ve, te echa una mirada de desprecio y mira para otro lado.
Parece que no quedaran miradas de lástima, o miradas de envidia, o
miradas de respeto. Porque yo odio a los que me miran con altanería,
a esos ''Héroes'' del mundo, a esos que juzgan sin saber, solo por
el privilegio de ser felices. Pues, a fin de cuentas, que fácil es
ser feliz para el que lo tiene todo, y que fácil es también
criticar al infeliz, y llamarle débil y fracasado son platos a la
orden del día.
Pues yo también brillé una vez, mucho
más de lo que muchos brillarán nunca, y ahora ya no brillo. Ahora
solo ando por un pasillo adornado con sueños rotos, deseos que
vinieron acompañados de sufrimiento, y reflejos de un dios que pudo
ser y nunca fue. Y puede que nunca salga de aquí, pero solo pido
oportunidades, una oportunidad de saborear el poder, el egoísmo,
vanagloriarme de mis actos y acabar con aquellos que son invencibles,
una oportunidad de redención, de crecimiento, de venganza. Una
oportunidad de alejarme de la verdad, y de ser el rey en el mundo de
la ignorancia, de la mentira, del dolor, del placer, de la
individualidad y de la fuerza.
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